Continencia verbal...¡Dios mío, quién me ha visto y quién me ve!


La continencia verbal era uno de mis objetivos vitales. Cuando era niña, me comportaba en ocasiones como un auténtico volcán. En la adolescencia y primeros años laborales, como un auténtico tsunami. Hoy, me receté continencia verbal. No crean que me aguanté, no, no... sorprendentemente, controlé hasta en el último minuto. Parecía al mago del balón, Zinedine Zidane. ¿Se acuerdan de él? Como atravesaba el campo acariciando el balón, con elegancia, me recordaba a una gacela. Así controlé mis palabras. O al torero José Tomás, antes de entrar a matar. Lo sé, y sé lo que es un toro con rabia, que engaña, engancha, hiere y rasga en cada pase. Pero eché un capotazo y pegué un paso atrás. Pues os lo aseguro, que yo antes entraba al toro. A matar. O cogía el balón y hacía hasta una chilena. ¡qué chulería la mía!. Pa lista, yo. Pa primera, yo. Pa deciros esto es una mierda, yo. Y ahora, como que... me la suda. Hago una finta, como dicen en balonmano, y pasando que es gerundio. Ni una gota de energía, en entrar al trapo. Hay gente por ahí que ve muchos fantasmas. Me quedo en tierra. Contengo, no mejor controlo... Y a vivir que son dos días. Con sentido, responsabilidad y mucho, mucho seny como dicen los mallorquines. Así lo hice hoy. Eso sí que hay que celebrarlo. Una receta que os doy para los much@s indecis@s, prepotentes y gilipollas que van por hay de guays pisando al mundo.

El daño de la crítica, adiós al culto del "ego"


Siempre se aprende de la crítica. Y como dice Proust: "El verdadero viaje de descubrimiento no consiste en buscar nuevos caminos, sino en tener nuevos ojos". A mi me suelen hacer muchísimo daño las palabras, sobre todo, aquellas que recriminan una acción que no dictaba mi corazón. En cambio, siempre me doy la oportunidad de reflexionar, de escuchar, de relativizar y de entonar el mea culpa para aprender. Pero este aprendizaje sólo es posible si somos capaces de no sentirnos agredidos ni rechazados ni boicoteados ni silenciados ni aniquilados por la espalda, ni objeto de miradas asesinas, ni constantemente examinados. Así crecen los equipos en las organizaciones, si son capaces de suscitar críticas constructivas para corregir errores, para reconducir estrategias, para buscar cambios, pero hay que aparcar los individualismos, lo digo yo porque soy más listo que tú... ¡fuera la vanidad!, de superar discrepancias, de provocar buen ambiente y buscar sinergías. De aquí suelen salir magníficas ideas, excelentes compañeros, algún amigo pero siempre esta confianza debe ser incondicional, nunca debe de tener ticket de devolución. Me fastidia la gente que no es capaz de aprender de las situaciones conflictivas, porque lo que está claro que con roces y dificultades el barco pierde el rumbo. En alguna ocasión me di un baño de humildad, nadé entre la duda para asegurarme la confianza de una compañera/o de trabajo, y esa es la mejor recompensa que me llevé. Del pasado reconocer que me equivoqué es mi mayor orgullo. Los mejores buenos días, cuando te espera en el parking de tu trabajo, aquél o aquella con el que te cabreaste sin sentido por un proyecto no bien pilotado. Después de la crítica, llegan tiempos mejores para sacudirse el polvo de una relación arrinconada, que naufragó sin sentido por tanto culto del "ego". Y si encima, encuentras con mayúsculas un/a amiga, ya es mágico. De esas hay pocas, pocas, pero como las jirafas blancas, existen, y yo al menos las vi.
"Y cuando llegue el día del último viaje, y esté al partir la nave que nunca ha de tornar, me encontraréis a bordo, ligero de equipaje, casi desnudo, como los hijos de la mar". (A. Machado). Buenas noches, o buenos días, Princesa, de la peli "La vida es bella". Una canción para levantar el ánimo: I'm yours (Jason Mraz). Va por vosotr@s.




Una tarde con Jamal, Salim y Satika

Abandono, traición y triunfo. Sobrevivir en Bombay. Infancia jodida. Obsesión y amor. Constancia y emoción. Jamal, Salim y Satika me acompañaran hasta la almohada. ¿Quienes son? Los protagonistas de la ganadora de los Oscar, Slumdog Millionaire. Cada una de las desgracias, de las vivencias, le dio el triunfo necesario a Jamal para hacerse con el premio de ¿Quién quiere ser millonario? Millonario por sobrevivir. Por luchar. Un guiño -un tanto excéntrico- a la India y sus gentes, a la pobreza, a la marginalidad, al crimen organizado, al amor de verdad.

Lola Dueñas, como mejor actriz, y Pablo Pineda, como mejor actor, han sido las dos Conchas de Plata que ha recibido la película 'Yo, también' en la 57º edición del Festival Internacional de Cine de San Sebastián. La película, dirigida por Álvaro Pastor y Antonio Naharro y producida por Manuel Gómez Cardeña, Koldo Zuazua y Julio Medem, fue presentada en el festival donostiarra el pasado miércoles 23 de septiembre recibiendo una gran acogida de crítica y público.
'Yo, también' cuenta la vida de Daniel, un joven sevillano con síndrome de Down que se convierte en el primer europeo en obtener un título universitario, inspirada en la propia vida de su intérprete, Pablo Pineda.
Para el primer Down diplomado en Magisterio y licenciado en Psicopedagogía ha sido “un salto de altura con tirabuzón” el haber superado a dos “actorazos” como Robert Duvall y Ricardo Darín.
Hoy me viene a la cabeza una conversación que tuve en Madrid con una antigua vecina de la calle Marqués de Viena, en la que viví dos años. Una mujer que decidió venirse a vivir a la capital, y abandonar su pueblo con su hijito que padecía síndrome de Down. Un día camino de la Facultad, me la encontré en el autobús y me contó que había decidido dejar allí a su esposo para que su hijo tuviese una vida normal. Y que entendía ella por normal, que fuera autónomo, que se gestionara su vida, que buscase sus amigos, que encontrase su trabajo… Ella repetía una y otra vez, “allí en mi pueblo siempre era el tontito”. Vaya calificativo de “mierda”. Cuando leía a Pineda, me retumbó mi memoria. Él dice que se identificó con el guión a través de sus diálogos. Leer la palabra esfuerzo, lucha... Me llegó. Estaba leyendo todo lo que yo había vivido y luchado. Mientras leía el guión, no paraba de llorar: ¡en una mano tenía los folios y en la otra un paquete de pañuelos! ¿Cómo podía asemejarse tanto a mi vida?
Él, a través de la peli, reafirma que se ha completado como persona. Iniciativa, decisión, arrojo. “He aprendido a no pensar tanto las cosas, porque termino quedándome en los pensamientos”. ¿Qué sintió al ver por primera vez la película?Lloré y reí, porque tiene de todo. La vi este verano, con mi familia, y nos gustó mucho. Uno de mis hermanos, y me dan ganas de llorar cuando lo recuerdo, me dijo que estaba muy orgulloso de mí. Eso te anima.

Vaya cifra. Dicen las estadísticas de una de las empresas punteras en mercado laboral que “6 de cada 10 españoles días antes de terminar sus vacaciones y después de empezar otra vez a trabajar padecen “vacío”, “resignación”, o síndrome post vacacional”. La verdad que muchísimos tenemos pereza, ¡a quien vamos a engañar!, y el resto es gente que no está contenta con su trabajo. El despido interior les persigue. Estas personas son víctimas de sus miedos e inseguridades, bueno y la verdad que en tiempos de crisis, más de uno echa el ancla… Me decía ayer mi pescadera a mi pregunta: “¿Antes había otra chica aquí? Si, la han cambiado de mercado, nuestra empresa parece que le encanta que rotemos, pero no se da cuenta que los clientes son muy importantes y una vez que tienen confianza con una… Bueno no me voy a quejar porque yo mientras tenga trabajo”. Pues si, hay empresas que no piensan ni en su cliente ni en sus empleados. Organizaciones tóxicas, donde es difícil preservar la felicidad. Ya se sabe que en todos los lugares se cuecen habas, como dice el refranero, pero podrían reflexionar más. Tanta toxicidad está llevando a algunas personas a tomar las riendas de su vida laboral. Pero son pocas las que hartas de ser víctimas y esclavas de la situación, destrozan sus miedos e inseguridades y dan el salto al vacío. Mi consejo es que miren primero si hay red y que crean en sí mismas. Siempre tiene que haber una primera vez de vibrar, de aportar un valor añadido (por qué todos somos diferentes), de motivar, de beneficiar a otros… Aunque por el camino te encuentres con otro jefe que no se lo merece, derrotista, nefasto para la salud mental de sus trabajadores, y que piensa que todo siempre está mal. Mi gran pregunta a veces es ¿qué haría si no tuviera miedo? Pues darte la oportunidad de disfrutar con lo que haces y aprender a respetarte a ti mismo.
Me he despertado hoy, domingo, 27 de septiembre, prontísimo. He abierto el ojo y son sólo las 8.30, pero no puedo dormir más. Me encanta desayunarme leyendo la prensa y menudo galletazo me ha metido el cirujano plástico más famoso en la actualidad, autor del primer trasplante de cara realizado en España, Pedro Cavadas. Parece un tipo diferente, aunque teniendo en cuenta que pasa sus vacaciones por Tanzania en viaje de supervivencia, ya dice de él, que se ha tejido con su propio bisturí otro traje de supervivencia. Sus declaraciones apuntan a un cambio radical. Está de vuelta. Ya hace años que abandonó sus tres Porsche por un jeep destartalado y una bici con la que va a “currar”. Le da lo mismo que llueva, que truene, y nos lanza a la cara, “pero ¡qué pánico le tiene la gente a mojarse! ¡Coño, que es agua lo que cae, no es salfumán!” Cuando has pasado por un África que se muere de hambre siempre tienes una queja contra la excesiva comodidad occidental. Aquí, nos preocupamos por todo, no mojarse, no pasar frío, no pasar sueño, que no nos falte los últimos diseños de ropa; el zumito, el danonino, no, no… No llegas a pasar ganas de nada; antes de que tengas ganas de algo ya te las han saciado.
Me ha traído a la mente mi viaje al profundo Mali, donde nació Salif Keita, la voz de oro africana. Una tierra que se despierta a las 5.30 de la mañana como un parto natural, la supervivencia en su estado más puro. Si alguna vez me pierdo, buscarme allí. Me conquistó el corazón y es más me enseñó a ser más humana. Los niños allí eran diferentes; las mujeres, diferentes; los hombres diferentes; el trato insuperable; las sonrisas, puras; las miradas, inocentes; sus colores, vida; y encima que el hambre, la miseria cabalga sin que nadie pueda hacer nada por echarle una cuerda.
Bueno, seguimos con Pedro Cavadas. Dice también que le educaron en la cultura del esfuerzo: una cosa es lo que a ti te apetezca, y otra lo que tienes que hacer. “Me educaron, o me eduqué yo así. Yo antes era agresivo personalmente, en el plano profesional. A quien no hacía bien las cosas me gustaba decírselo a la cara. ¿Beneficio neto de eso?: tener un enemigo más”. El ser humano es jodido. Ahora además de trabajar de sol a sol, se dedica a su Fundación Pedro Cavadas con la que proporciona cirugía reconstructiva moderna a pacientes desfavorecidos de países africanos. Organiza campañas quirúrgicas humanitarias a la región occidental de Kenia, donde se operan pacientes, fundamentalmente niños, de problemas reconstructivos complejos de forma totalmente gratuita. Un cambio que se programó, una cara nueva que se cosió para me imagino ser más íntegro y feliz.

La lista de magdalenas (de Proust) Siempre existimos porque alguién piensa en nosotros


Dejaré esta historia aquí. Me encantó. Hace algunos años una revista americana publicó la historia de una profesora de instituto de matemáticas. Una tarde pidió a sus alumnos que escribiesen los nombres de todos sus compañeros de clase, dejando un espacio entre cada nombre. Después les pidió que pensasen y apuntasen en la hoja una cualidad, algo especial, que quisiesen destacar de cada uno de ellos. Al final de la clase recogió las hojas y durante el fin de semana preparó un folio con el nombre de cada alumno, y allí reunió a todos los mensajes que habían dejado sus compis de pupitre. Cada uno lo leyó en silencio y en privado. Varios años más tarde uno de estos alumnos, murió en Vietnam. Cuando el cuerpo fue repatriado casi todos sus antiguos compañeros y la profesora de "mate" se encontraron en el funeral. Después de la misa, el padre del joven soldado muerto dijo a la profesora: "Quiero enseñarle algo" y sacó una billetera de su bolsillo. "La tenía Mark en su billetera cuando lo mataron. Creo que era muy importante para él y que tiene que ver con usted". Abrió la billetera y sacó los dos folios gastados por el uso y el tiempo. Era la lista de cualidades de sus compañeros le habían elaborado. Todos, con alguna que otra lágrima, reconocieron que para ellos también había sido importante y la guardaban en algún lugar valioso. Estas letras son un homenaje para todas aquellas "amigas" que algo han aportado en mi vida. Y como las magdalenas de Marcel Proust... ¡qué bien saben cuando las echas de menos". Os regalo este trozo de diálogo de la película Princesas: “Las cosas son importantes porque existen, porque piensas en ellas. Mi madre lo dice siempre existimos porque alguién piensa en nosotros. Es rara la nostalgia ¿a qué sí? Porque tener nostalgia no es en si mala. Es porque te han pasado cosas buenas y las echas de menos".
Me llama poderosamente la atención cuando acaba un Debate del Estado de la Nación o de la Comunidad, la soledad de los políticos. Acaban su discurso, ¿y quién les acompaña? Pues en algunos momentos, ni sus colaboradores. El mundo de la política es obscuro, lleno de tinieblas y desconfianzas. Los políticos flotan y se evaden de la calle. Trabajar en equipo, lo dudo. Confiar en los demás, ni lo pienso. Ser abiertos a la comunicación e información, por supuesto para satisfacer a la prensa amiga, y ganar espacio en los medios (como dice el refranero, por el interés te quiero Andrés). Respetar al adversario, ¿qué es eso? Convivir en libertad aceptando las responsabilidades y asumiendo el resultado de nuestras acciones, no sé si se les pasa por la cabeza. Liderazgo, ¿pero eso qué es? Te aplauden tus compañeros de escaño para reventar con vísceras los argumentos de la oposición. Pero al final, todos a sus puestos, comienza de nuevo la carrera. Vaya teatro más monumental. Me gustaría estar en la cabeza de un presidente de comunidad o de Estado cuando llega a la cama después de un día de dimes y diretes, focos y flashes, de interesados y amiguismos de mercado... Se acordarán de las pequeñas cosas de esta vida. Seguro que más de uno saldría corriendo...

Amistad, ¿pero esto se lleva en estos tiempos de crisis?

Sólo quiero dejar estas dos citas:
"Un amigo es uno que lo sabe todo de ti y a pesar de ello te quiere"
"Una amiga es una persona con la que se puede pensar en voz alta"
Pongan en marcha sus cd room personales y cuenten con los dedos de la mano, pongan nombre y años. ¿Qué difícil es encontrar animales de esta raza?
Os doy una pista: "Hay amig@s que con sólo abrir la boca llega a todos los límites del alma".

Armario de abrazos, los secretos de la Roja

* La imagen de arriba se titula "Armario de Abrazos". La pinté yo, aunque parezca mentira.

¿Por qué los colaboradores, empleados o directivos no se abrazan cuando consiguen un triunfo, aunque sea pequeño en su empresa? Ejemplos, sacar un proyecto económico hacia adelante, vender una idea, seducir a un cliente, respetar el trabajo de un compañero, aplaudir el compromiso del que está a su lado... Es algo que me lo pregunto cuando veo a la selección española ganar medallas de oro en mundiales o europeos, o al Real Madrid o al Barça, o a Rafael Nadal, o la corredora Marta Domínguez... ¿Las empresas no son un equipo? Sus componentes, que pasan más de media vida allí adentro (hoy yo sólo pase 12 horas), no tienen compromiso, ni lealtad, ni vitalidad, ni energía, ni capacidad de sacrificio, ni ilusión, ni humildad, ni competitividad, ni espíritu de trabajo, ni profesionalidad, ni actitud positiva, ni generosidad, ni entrega ni disciplina. Algún día una Amiga me llamó en un folio en blanco pluscuamperfecta... ¡vaya palabreja, me hizo una úlcera de estómago! Seguramente no me entendió bien, en alguna reunión, o no me expresé como debiera, pero siempre fui una deportista tanto dentro como fuera de la empresa. Jugué desde muy pequeña al balonmano, y cuando salía al campo siempre daba lo mejor de mi. Mucha pasión y vísceras, pone la niña! Quizás mi pasión no fue bien entendida. Los hermanos Gasol, Reyes, Rudy, Jiménez, Berni Rodríguez, Mumbrú, Sergio Rodríguez, Cabezas, Ricky Rubio y Raúl López... son un espejo en el que todos deberíamos mirarnos. Más abrazos por favor. Y no se corten, siempre hay una primera vez.

Amor en mayúscula

Eso es lo que siento por mi hija, Luna, de 14 meses y mi chico con el que llevo desde el año de las Olimpiadas del 92. Una fecha para enmarcar. Mis dos astros amorosos se confabularon a mi favor para que os dedique estas líneas cada noche. Mil gracias por dejarme ser yo. Os quiero.

"Algunos pájaros no pueden ser enjaulados, sus plumas son demasiado hermosas. Y cuando se van volando se alegra esa parte de ti que siempre supo que era un pecado enjaularlos. Aun así el lugar donde tú sigues viviendo resulta más gris y vacío cuando ya no están". Frases de la película, Cadena Perpetua.


Pensar, sentir y actuar...


Fragmento de una directiva: "No sé por qué decidí dejar inconscientemente mi maleta de pequeños sabores, tampoco recuerdo a qué ni a quién le entregué mis energías más positivas, que tantas veces he necesitado para seguir avanzando después de un frenazo forzoso, aferrada al miedo de esas crisis que me asustan tanto porque creo que me voy a morir dejándome todo lo que más quiero aquí y sin poder disfrutar más de toda esta vida que tanto, tanto amo.
Pero seguro que fue todo por una larga carrera de fondo que inicié... sin combinar adecuadamente a Kairos y a Cronos. Y mira he llegado a la meta, pero ya no más metas de esas difíciles, ahora toca marcar otra pauta, ya hemos llegado.
En la mitología griega los dioses Cronos y Kairos mantienen una pugna constante. Cronos es el dios del tiempo real e inexorable, cuyo paso nos lleva inevitablemente al final de los días. Kairos, en cambio, es el dios del tiempo interior de los hombres, el tiempo de los sueños y del espíritu, el que persistentemente nos devuelve a la vida. Así, mientras Cronos nos arenga a ser ambiciosos, Kairos invita a reflexionar sobre los objetivos y las expectativas"

Ante tiempos de crisis, sólo queda una trituradora de paciencia y sueños. Algún día hay que levantar el vuelo. Gaviota, gaviota.

¿Te atreves a salirte de la autopista?

Hace días que me da vuelta la cabeza con una entrevista que leí al hermano de un loco de la montaña. Allí murió. Descansó con pasión, con entrega, en silencio, consigo mismo. Pero se le puede llamar loco, a alguién que se atreve a soñar y que ama lo que hace. Así lo relataba su hermano.
Iñaki tenía razón. Los locos somos los que no vivimos, los que no nos atrevemos a llevar una vida conforme a nuestras creencias. Fíjate, hay gente que proclama a la ligera que hay que vivir la vida pero es incapaz de sentarse a analizar su propia vida. Iñaki era capaz de llevar esa vida, con su carga, con todas las renuncias que implicaba, porque cuando eliges algo prescindes de muchas otras cosas. Lo fácil en ésta sociedad es ir por el carril, pero igual el paisaje es más bonito si te sales de la autopista, aunque llegues más tarde. Ya sabemos lo que nos espera a todos al final del camino, es algo que nos iguala, así que disfrutemos del camino. Atreverse a vivir una vida concreta, con sus riesgos, no sólo es valiente, sino sabio... Iñaki vivió en 40 años lo que muchos no viviremos jamás. ¿Nos atrevemos a juzgarles, a llamarles locos? Todavía mi cd personal sigue colgado con esta experiencia. La vida tiene su cara y su cruz.
¿Te atreves a lanzar la moneda?. C'est la vie, como dirían los franceses, pero con corazón. No me resisto a morir y quedarme en "¡ay si lo hubiera hecho!". Ay si todos nos saliésemos al menos una hora al día de la autopista. ¿Seríamos más felices?

Nunca pensé que un número me diera tanto que pensar. 3,14 es irracional. Como irracionales son los sentimientos, las habilidades directivas, el liderazgo, la formación, el talento, el desarrollo personal y profesional, el trabajo en equipo, la comunicación, la motivación… En fin, la felicidad. Todos a veces nos empeñamos en poner razón a nuestros comportamientos, y sin embargo, nos olvidamos que sentimos. El cambio es una oportunidad. Abran sus ventanas internas y atrévanse a respirar.