La chispa en la mirada

Los gestos más pequeños y triviales son los que llegan más al fondo de un amable y agradecido corazón. Esta frase la leí por ahí, pero os aseguro que en más de una ocasión la utilizo. Me muero por una chispa en la mirada. Es tan importante tener compañer@s de viaje que cuando te miran de frente te susciten pasión, ilusión, confianza, entusiasmo... En la vida se nos presentan en ocasiones caminos, oportunidades, en las que el corazón manda más que la razón. Dicen que las mujeres tenemos el sexto sentido, a ver si me lo encuentro, pero a veces, tenemos un chip interno que empieza a parpadear indicándonos una dirección que hasta ahora era desconocida para nosotros. ¿Tiene corazón ese camino? Ay si yo lo supiera, pero desde la serenidad, la tranquilidad tendremos que empezar a descubrirlo, a andarlo. Cada un@ tiene que disfrutar en el viaje que ha decidido emprender. Eso nos hará fuertes; de lo contrario, nos debilitaremos... Y ya no hablo de la amabilidad, la confianza, la entrega, desplegar lo positivo, convertir lo negativo en positivo... lo dejaremos para otro día.

Borrón y a vivir el momento

Esta mañana decidí empujada por mi marido participar en la III Carrera contra la Violencia de Género. Estaba en la cama lamentándome sobre el pasado, visionando con más miedo que vergüenza el futuro y enterrada en un hoy. Qué barbaridad. Ignorar el momento. Así muchos días y muchas noches, muchos/as de nosotros/as nos olvidamos que sólo se vive una vez. Tengo la cabeza llena de paja. Parece que se tragó el dragón mis ideas geniales, mi brío por vivir con intensidad. Una mala pasada de la incomunicación. ¿Quién diría que me dedico a estas artes? A veces nos pasa. Será pasajero como el tren que transporta los sueños de esas mujeres que sufren en silencio a diario una auténtica pesadilla. Todas merecen un dulce despertar. Todas necesitan una goma de borrar para aniquilar de un borrón las heridas que nunca debieron existir. Corrí para despertarme, para impulsar un proyecto al que este año se sumaron más ciudadanos/as que detestan esta lacra social. Cuando regresé a casa me sentía mejor. Había batido en duelo a la rutina, y había vivido en primera persona como 2.000 personas se echaban a la calle para recorrer 2,5 kilómetros contra el espectáculo dantesco del maltrato a mujeres. Me vino a la mente una película que compartí el viernes con mis compañeras de expresión corporal: ¿Por qué se frotan las patitas? Un film con mucha música, con sentimiento y un mensaje claro:
Mira tú
la vida puede sorprenderte mucho más
que cien años que pases en el mismo lugar
creyendo que lo has visto to’
y no has visto na’
y no sabes na’
Fiate tú
tanto y tanto como ando yo de aquí p’alla
casi siempre tonteando y sin adivinar
que esto dura lo que dura
y hay que aprovechar
De momento
la vida pasa de momento
de momento
aquí todo es de momento (bis)
Yo sé bien
que tengo que luchar para sobrevivir
que nadie será el dueño de mi porvenir
tan sólo yo puedo saber que quiero ser
y proceder
Puede ser
que viva de ilusiones que yo fabriqué
que tenga en los bolsillos sólo arena y fe
pero del aire no me puedo alimentar
esa es la verdad
Y aquí estoy
jodido por este camino que escogí
pero vale la pena llegar hasta el fin
hay que sentir del amanecer
para crecer
Pero sé
que aún me quedan lágrimas por derramar
será el precio que pague por mi libertad
quiero sentir que hice lo que yo
de verdad soñaba.