Te extraño, quiero un doctor sonrisa

El otro día me sorprendió una contraportada de La Vangurdia del creador de la Fundación Theodora (Payasos en hospitales), André Poulié. Un tipo simpático que contaba que su historia se remontaba a los 10 años. Se cortó medio pie derecho con una máquina cortacésped que tenían en el jardín de casa, y siguieron dos años con catorce cirugías y seis meses de cama de hospital... "Y no olvidaré lo que hizo Theodora, mi madre. Estuvo cada día en la sala del hospital. Allí convalecíamos ocho niños. Eran niños camboyanos con piernas o pies mutilados por minas antipersona. A todos nos entretuvo, consoló y divirtió: cuentos, juegos, historias, imaginación... Yo padecía enormes dolores y la angustia de no saber si volvería a caminar..., pero la alegría de mi madre lo hizo todo llevadero, me evadió de la tristeza del hospital", y así decidió dejar el mundo del márketing para repartir sonrisas por centros hospitalarios. Abren una ventana a la imaginación, a los sueños hasta tal punto que más de uno no quiere volver a casa: ¡quiero volver a ver a mi Doctor Sonrisa! (jajajajaj). Se me cayeron unas lagrimillas. Creo que estoy tierna. No, más humana. Me hizo ver que detrás de una persona que sufre está un corazón con una dignidad extraordinaria que siempre quiere ahorrar el dolor del que tiene a su lado. Es más contaba André que un niño que sentía su muerte próxima, le comentó a su payaso, que le preparase su entierro; y otro le confesó que no quería ver sufrir a sus padres... "Ve a divertir a mi mamá, que está muy triste, que yo estoy bien, estoy bien...". Es duro... Es más pensé que quiero tener un payaso en mi vida. Todos tenemos que tener, obligado, un@ amiguit@ con una gran nariz roja para conectar caja roja con caja roja y amortiguar las emociones, rabias, angustias, miedos...¡Imagínense por un momento un jefe sonrisa! Destaparse sin pudor que sano es cuando sabes que no te pasarán factura, se hace de corazón. Te extraño.

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