Los secretos de la complicidad


Las miradas son una vieja forma de trabajar. Las risas también es una excelente manera de disfrutar trabajando. La complicidad destroza las dificultades. El compromiso da alas a los sueños. Soñar es vivir despertando y abriendo horizontes. Llevo una racha que sólo conozco casos de personas que abandonan sus puestos de trabajo o provocan su despido por falta de sintonía en el equipo. En tiempos de crisis esto es una pésima noticia porque en estos momentos es cuando hay que remar todos en la misma dirección. Se suele decir que cuando todo va bien no existen los problemas, sin embargo, los huracanes suelen tumbar a las organizaciones y poner al descubierto todas las flaquezas en momentos de debilidad. El viernes por la noche tuve la oportunidad de ver en concierto a Los Secretos. 30 años encima del escenario desde que allá por los años 80 parieran la movida madrileña. ¡Qué bien se lo pasaban en el escenario! Miradas canallas, sonrisas complices, saltos adolescentes... Cuando me olvidé de las letras tristes de los hermanos Urquijo, me pregunté por qué en las empresas la gente no se lo pasa tan bien. ¿Se despiden interiormente? Jo, ¡qué rabia con lo bien que puede ser vibrar con lo que haces? A veces podríamos plantearnos saltar más. Brincos pequeños que nos hagan soñar. A menudo bastará con pequeños divorcios con nuestras rutinas o pequeños actos de valentía, coraje o imaginación. En ocasiones se presentan oportunidades que debemos aprovechar para saltar. Salta amig@.Y como decían estos poetas llamados tristeza, no perdón, Madrid, no perdón Los Secretos: Sueña¡¡¡

Caen tus ojos agotados de ser/
los testigos de tantas sorpresas/
ventanas sabias que/
decides cerrar/
a las luces de fieras tormentas./
Sueña, cuéntame historias de almohada/
juega, mientras te dejas llevar/
buscas en la oscuridad/
aún tienes un sitio donde echarte a soñar./
Entran nerviosos por la puerta de atrás/
cuando al aire se le oye silbar/
van disfrazados para el gran carnaval/
esa fiesta que dan en tu honor./
Juegan, acariciando tu espalda/
sueña, sobre ese cálido mar/
si aún pudieras elegir/
cuál de entre tus sueños/
soñarías por mí/
el deseo que jamás cumpliste/
si aún tienes un sitio donde echarte a soñar./
Sueña, cuéntame historias de almohada/
juega, mientras te dejas llevar/
buscas en la oscuridad/
cuál de entre tus sueños soñarías por mí/
el deseo que jamás cumpliste/
aún tienes un sitio donde echarte a soñar./
Caen tus sueños y un instante después/
en tus sueños has vuelto a nacer...

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