El "Alcorconazo" y el trabajo bien hecho


¿Quién debe dejar el banquillo? ¿Quién pone orden en el vestuario? ¿Por qué cuando pierde un equipo el culpable es el mister? Lo que pasó en el partido entre el Real Madrid y el Alcorcón en el trofeo de la Copa del Rey es un ejemplo de motivación. 11 jugadores vestidos de amarillo contra 11 de blanco. Un presupuesto modesto y casi mileurista contra unas cuentas astronómicas. 11 jugadores que se levantaron el día después para ir a su puesto de trabajo (me imagino que habrá de todos los oficios), contra 11 "timadores de sueños" que dejaron al descubierto el "fiasco y el circo multimillonario y mediático" de lo que hoy llaman fútbol. Es cierto que cuando un equipo de las características del Alcorcón juega contra un gigante se crece, se automotiva... Es entendible que estos 11 chavales cuando tienen una oportunidad de jugar al lado de sus ídolos (Raúl, Guti...) sueñan, y soñar es sinónimo de volar, de marcarse desafíos, de trabajar en equipo... y entonces es cuando el imprevisto irrumpe en escena. Fijénse el Alcorcón milita en la Segunda B (tercera) y dispone de un presupuesto anual de 1,2 millones de euros, es decir, unas 300 veces menos que el Real Madrid. Dice el refranero que hace más que el que quiere que el que puede, y a veces en fútbol pasa esto. El Real Madrid no quiso, no se divirtió, no tuvo disciplina, no obedeció y encima humilló a una ficción. A mi me encanta el deporte. Soy del Madrid de toda la vida. Confieso que en más de una ocasión me fui a la cama cabreada. A veces me pregunto que derecho tienen estas "estrellas" de "atracar" el sueño de miles de niños que se compran su camiseta, que tienen colgado su poster en la habitación, que se quedan a veces sin horas de sueño para verlos chutar un balón, que tararean el himno y cantal goooooolllll. Otros como los jugadores del Alcorcón contarán a sus hijos, nietos que una noche fueron protagonistas de una victoria épica, que ganaron al Madrid galáctico... y que se fueron a dormir sabiendo que dejaron todas sus ganas en el terreno de juego, eso que llaman sudar la camiseta. Los del Madrid no podrán hacer lo mismo. Y encima Guti, como siempre, faltando a las buenas prácticas de la buena educación. Los de Pellegrini tendrían que hacer un ejercicio de humildad... y el propio entrenador ser capaz de ponerles las maletas en la puerta. A veces en estos equipos se necesita una mano de hierro, un buen coach que ordene tanto "individualismo y fama junta", en vez de estrategas del fútbol. El que llevó al submarino amarillo a sus momentos de gloria, se topó con los extraterrestres millonarios, productos del marketing de Florentino Pérez. La cabeza de Pellegrini puede rodar, deberá aprender en sólo dos encuentros como volver a generar un clima de satisfacción, rendimiento y desarrollo colectivo. Uiiiii, Uiiii ¡qué díficil!

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