Bombardeo de aire fresco: no es lo que vendes sino como lo vendes


Esta tarde tuve la oportunidad de impartir una conferencia en la biblioteca de Can Salas en Palma para un grupo (aprox 35) funcionarios, inspectores del área de Consumo del Govern balear y Ayuntamiento sobre Publicidad y Marketing. Pero lejos de teorías, me acordé por un momento de las clases plastas de algunos de mis profesores en la Facultad de Ciencias de la Información en la Complu, de Madrid. Y encima me tocaba torear a las cuatro de la tarde, después de comer y cafecito. El título ya lo busqué para sorpresa de todos los allí presentes que se preguntaban de qué iba a hablar: "Bombardeo de fontaneros ante la crisis: el quién es quién de los mensajes". Intenté echar mano de todas las herramientas que ofrece la oratoria para no aburrir y sobre todo para activar un palillo entre sus pestañas evitando que cerrasen sus ojos. Situaciones reales con anécdotas publicitarias de las grandes firmas en los medios de comunicación, imágenes sugerentes y provocadoras y pasión por el cambio hizo olvidar por un momento a la treintena de funcionarios que hacen por la mañana en su silla para volver a soñar en aquello en lo que creen.
Les hablé de los valores de la marca ante tiempos de crisis, de la necesidad de ser únicos, del poder de la publicidad para asaltar la mente del consumidor, de los vendedores de sueños, de las estrategias basadas en los sentimientos, de las personas marcas y del marketing de guerrilla.
Pero lo mejor, de la voluntad (querer hacer), de la necesidad (tener que hacer), de la oportunidad (dejar hacer) y de la libertad y las ganas de superar los obstáculos para activar la creatividad y el ingenio en los equipos directivos que ponen su mirada en la innovación.
Ya decía Albert Einstein que "locura, es hacer siempre lo mismo y esperar resultados distintos", por eso hoy todos tuvieron la oportunidad de hacer algo diferente, impulsados por un director y un equipo que apostó por ofrecerles algo diferente que les hiciese despertar de la rutina. Si en ello colaboré, mil gracias, porque yo también aprendí cuando diseñé el power point y pensé en las 4 de la tarde en “Si usted no puede soñar con sus clientes, le espera un duro despertar. No es lo que vendes sino como lo vendes".

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