Nunca se puede dejar de soñar, eso sí que es un fracaso


Lo decía el alcalde de Madrid, descorazonado y roto. Qué humano es siempre Gallardón. Su alma en cada acción se puede desnudar ante los flashes de miles de cámaras. Nunca tiene vergüenza en expresar sus sentimientos. Decía hace unas horas que "Madrid ha hecho lo que tenía que hacer porque no podía ni debía dejar de recorrer el camino después del primer esfuerzo de Singapur". "No nos vamos a hundir en la tristeza que todos tenemos. Después de no ganar en la elección para 2012 dije que no era un fracaso, el fracaso es rendirse y no rendirse no significa tener que seguir con los mismos objetivos, pero Madrid en todos los que se marque seguirá soñando". Porque soñar es lo mejor que le puede pasar a una persona. El equipo de la corazonada llevaba meses haciéndolo. Pero al final, se apagó la ilusión. Nunca el haberlo intentado puede ser sinónimo de fracaso. Nunca el haberlo soñado puede llamarse fracaso. Nunca una derrota puede ser un fracaso. Fracaso es quedarse con los brazos cruzados. Da igual. Prueba otra vez. Fracasa otra vez. Pero se intenta. El fracaso es siempre la gran oportunidad para levantarse y volver a empezar. Es difícil la constancia. Es complicado no desfallecer. Pero es más temeroso morir sin haberlo intentado, por lo menos haberlo intentado. Madrid, siempre estará allí con la mano abierta de colores. Allá donde se cruzan los caminos, donde el mar no se puede concebir, donde regresa siempre el fugitivo, pongamos que hablo de Madrid. Gracias Madrid.

1 comentarios:

Luna Sánchez Díaz dijo...

Madrid siempre quedará en nuestra retina.

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