Momentos dulces e inolvidables


Momento a momento. Pasan los días, las semanas, los años. Ayer le comentaba a mi jefe de gabinete, un tipo amable y simpático, creo que buena gente y con una cintura y un chaleco antibalas de la guerra del Vietnam contra jefes pesados que no disfrutamos ni un sólo acto, ni un sólo día... En nuestro pupitre de trabajo vamos llenando casillas a casi tres semanas por delante, así que cuando pasa el día D ni nos enteramos, es asunto saldado porque creo que antes, semanas antes, lo imagínamos tanto que perdió todo el morbo que tenía... Sin embargo, cuando me relajo, miro atrás y ¿qué queda? Momentos.
Nos pedía el domingo Maruja Torres en un excelente artículo titulado Momentos, una promesa: "Les ruego que vivan sus días sin dejar que las horas pisoteen sus momentos. Porque eso es todo lo que nos vamos a llevar". Parecía un capítulo de Marcel Proust, aquel de la magdalena suprema de la literatura universal en su En busca del tiempo perdido.
Identificarte con tu alma gemela en otra persona, abrirle delicadamente los pétalos a una amistad,sin condicionantes es algo mágico. Un/a amigo/a nuevo es un tesoro, un camino, un descubrimiento, una aventura compartida. Cuando se echa la mirada atrás es magnífico.
Desde nuestra infancia vamos almacenando recuerdos, impresiones, impactos... momentos que se acumulan y acarician nuestro corazón.
Continuaba Maruja Torres diciendo: ¿Recuerdan la foto de satélite que se publicó hace poco, aquella en que desde muy lejos, en el universo, se distinguen claramente las pirámides? Pues eso. Así vemos desde la vejez las cúspides que dieron sentido a nuestras vidas. No son de oro y piedras preciosas, sino de algo infinitamente mejor. Son de tiempo. Del tiempo que usamos bien y en que fuimos bien usados. Tiempo breve, fugaz, tiempo deslumbrante de lucidez, belleza y felicidad.

"Sin amistad nadie querría vivir, aun cuando poseyera todos los demás bienes […]; porque ¿de qué sirve esta clase de prosperidad si se la priva de la facultad de hacer bien, que se ejerce preferentemente y de modo más laudable respecto a los amigos?” Aristóteles, Ética a Nicómano

Os dejo estos datos que me ponen los pelos de punta para quienes creemos en la amistad sincera. El 26 por 100 de los estadounidenses se sentían solos y reconocían sentirse deprimidos e infelices. En España el dato es parecido: El 20 por 100 en 1991en la encuesta realizada por CIRES (Centro de Investigación sobre la Realidad Social). La amistad no solo es necesaria para evitar la soledad, sino para compartir la vida, sentirnos más plenos y auténticos e, incluso, aumentar nuestra esperanza de vida. Esta es la conclusión de un estudio realizado por la universidad australiana de Flinders. Durante 10 años analizaron las relaciones sociales de 1.477 personas mayores de 70 años y lo correlacionaron con su longevidad. La conclusión es muy reveladora: Aquellos que tenían más y mejores relaciones con amigos (que no con familiares) llegaban a tener un 22 por 100 más de probabilidades de sobrevivir. Es decir, la amistad es también un elixir de juventud y buen antídoto para evitar los ataques de corazón, según la investigación publicada en la revista Heart en Reino Unido. Las personas que han sufrido un ataque de corazón tienen el doble de posibilidades de recaer al segundo año si no tienen un buen amigo, familiar o pareja con el que poder intimar. Yo padezco amiguitis desde hace muchos años, es tan bueno, siempre lo receto.

0 comentarios:

Publicar un comentario