Mecedora de vida


Para que me acompañe la mecedora los días que me quedan por vivir. La ventana está abierta. Agotada, descanso. Me paro. Respiro. Me alivio. Las dudas se esfuman. Me vuelve a mirar. Las tablas del piso proyectan dos sombras: la de la infancia y el mar. Las congelo. No quiero despertar. (vivencias de una tarde por Palma con mi gran amigo)

1 comentarios:

Yok 70 dijo...

Pues la tapicería de la mecedora es parecida a la de ayer, pero yo no llevaba bufanda... Yo también disfruté y echo mucho de menos esos momentos a dos bandas, aunque estemos pensando en Lunita todo el tiempo.

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