Manos frías, corazón caliente

Las emociones son como un desván cuyo contenido desconocemos. El lunes me fui con mi amigo de mi alma (marido) a ver una película que me dejó casi sin aliento. Soledad urbana y la fugacidad de la vida. Dos cápsulas para una película japonesa, Air doll, del director Kore-eda, que te deja anclada en la butaca explorando las pequeñeces que te ofrecen los días. Una muñeca hinchable, creada para la fantasía sexual, que se atreve a soñar con la realidad. Deja el latex para noche, y por el día, se escapa de su modesto piso de Tokio. Se “transforma” en humana, se atreve a explorar, a amar, a reir, a llorar, a tocar, a saltar. Vive. “La vida está construida de tal forma que nadie puede vivir solo. La vida tiene vacíos que sólo otros pueden llenar” son perchas de un armario del que cuelgan metáforas preciosas y poéticas para insuflar a la muñeca aliento que le ayude a descubrir cómo vivimos aquí en este planeta. En una de las mejores escenas del filme, la muñeca sufre un pequeño accidente y se desinfla. Necesita aire para volver a soñar, para que vuelva a latir un corazón desgarrado y con sentimiento de nostalgia y constante sensación de abandono. A través de la palabra, de la imagen, del desnudo, de la música y del gesto, Air doll plantea una reflexión sobre la vida, sobre su sentido, su vacuidad y la pérdida. Y habla también de la necesidad de compartir con ese otro cercano y lejano a la vez las porciones de felicidad que todos buscamos pero tantas veces no conseguimos. El amor, el sexo, a través del aliento llena la pantalla… El aire se convierte en motor de la vida, en el despertar de la soledad, del vacío, de la angustia, del miedo, de la ansiedad, de la perfección… Dicen que las personas con las manos frías tienen el corazón caliente, no sé si será verdad… A los compañeros de vida los elegimos nosotros, con defectos y todo, y nosotros no podemos elegir nuestros defectos, ni nuestras virtudes, son parte de nosotros y tenemos que vivir con ellos, pero siempre podemos “reinventarnos”. Nuestra vida es como una larga acera, con grietas, con chicles pegados, con papeles, con zapatos manchados, con bastones… Todo lo que hacemos en la vida es insignificante, pero es muy importante que lo hagamos, porque nadie más lo hará. Todo cobrará importancia, por lo que signifiques para el otro, y así lo hizo la muñeca.

1 comentarios:

Yok 70 dijo...

Una muñeca hinchable puede enseñarte muchas cosas. Por ejemplo, a disfrutar de la vida con los ojos de un niño,viviendo cada experiencia como la auténtica maravilla que es, sin hipocresías, sin mentiras. Eso también supone descubrir el sufrimiento con todo su dolor. Sin embargo, la muñeca da las gracias a su creador en el que para mi es el diálogo más significativo de la película. Merece la pena, sin duda. Gracias por compartir conmigo ese rato a oscuras, corazón.

Publicar un comentario