El cisne negro, cumplir un sueño a un alto coste

Acabo de ver la película El Cisne Negro, que le ha dado a Natalie Portman el Oscar 2011 a la mejor actriz. Impresionante. Una película que puede poner a cualquier mortal frente a un escenario de ambición desmedida. Ella, sólo piensa en su vida que hace arte, la danza, olvidando cualquier pequeñez de este mundo. Olvida lo más importante del ser humano, disfrutar con lo que se hace de una manera simple, fluyendo como lo hacen los ríos caminos hacia la mar. Vive atormentada, amenazada, presionada y fuera de control, con una única obsesión: la perfección. Su enemiga es ella misma. Frente al espejo se distorsiona, enloquece,sufre el miedo a fallar, pero todo llevado a un extremo que no la deja vivir. La única persona que se interpone en su camino es ella misma. Llega a poner a los que estamos sentados en el sofá nerviosos, angustiosos, y con ganas de soltarle varias llamadas a la libertad. Es duro verla sufrir. Ella es el cisne negro, la cara más tenebrosa de su personalidad que acaba con el cisne blanco que devastado salta de un precipicio, va a la muerte y encuentra la libertad: “Lo sentí, fue perfecto. Fui perfecta”. Cumplió su sueño sin saber qué parte era ficción y cuál pertenecía a la realidad.

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