¿Flotan los políticos? Me gustaría estar en su cama

Me llama poderosamente la atención cuando acaba un Debate del Estado de la Nación o de la Comunidad, la soledad de los políticos. Acaban su discurso, ¿y quién les acompaña? Pues en algunos momentos, ni sus colaboradores. El mundo de la política es obscuro, lleno de tinieblas y desconfianzas. Los políticos flotan y se evaden de la calle. Trabajar en equipo, lo dudo. Confiar en los demás, ni lo pienso. Ser abiertos a la comunicación e información, por supuesto para satisfacer a la prensa amiga, y ganar espacio en los medios (como dice el refranero, por el interés te quiero Andrés). Respetar al adversario, ¿qué es eso? Convivir en libertad aceptando las responsabilidades y asumiendo el resultado de nuestras acciones, no sé si se les pasa por la cabeza. Liderazgo, ¿pero eso qué es? Te aplauden tus compañeros de escaño para reventar con vísceras los argumentos de la oposición. Pero al final, todos a sus puestos, comienza de nuevo la carrera. Vaya teatro más monumental. Me gustaría estar en la cabeza de un presidente de comunidad o de Estado cuando llega a la cama después de un día de dimes y diretes, focos y flashes, de interesados y amiguismos de mercado... Se acordarán de las pequeñas cosas de esta vida. Seguro que más de uno saldría corriendo...

0 comentarios:

Publicar un comentario